El diseño de una ciudad puede mejorar o no la salud de sus habitantes. Un barrio construido muy lejos del centro comercial de la ciudad sus habitantes tendrán que desplazarse en transporte público o privado, llevando a que sea casi imposible recorrer la ciudad a pie y por lo tanto al sedentarismo que tantos estragos tiene sobre la salud. Además el gasto energético que conlleva este mismo transporte, la congestión y la contaminación (que a su vez representa enfermedades respiratorias y de la piel, por lo que se ha hablado muchas veces de la insostenibilidad de las ciudades dispersas.

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