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Qué es Internet de las Cosas y cómo puede beneficiar a la ciudad

En este punto no es difícil imaginar un mundo conectado. Y con mundo me refiero tanto a las personas, la naturaleza, y los objetos, tanto así que Cisco habla ya de IoE, Internet of Everything o Internet de Todas las cosas/Internet de Todo (integrando cosas, procesos, datos y personas). Cisco también dice que para finales del 2014 el número de dispositivos móviles conectados excederá la población global, y por el 2018 el 96% de los datos generados serán originados desde estos dispositivos inteligentes. Pero apenas estamos comenzando, lo que muchos opinan, es la segunda revolución industrial: la de los objetos conectados.

¿Pero qué tiene que ver esto con el desarrollo de una ciudad?

Internet de las Cosas o IoT comprende que los objetos físicos puedan procesar y comunicar datos entre sí y al mismo tiempo estén conectados a los ciudadanos, podríamos decir en una tríada objeto-ciudad-ciudadano en donde cada elemento está aportando datos constantemente: la red eléctrica, acueducto, el tráfico, iluminación en las calles, el estado del tiempo, construcciones inteligentes, monitoreo de la salud, entre otras infinitas posibilidades. Un ejemplo sencillo sería: muchos accidentes ocurren porque algunos conductores tienen lo que llamamos «microsueños». El auto inteligente recibiría los datos del cuerpo humano e interpretaría la información de ritmo cardíaco, respiración o la actividad cerebral, deduciendo que ésta persona no está en capacidad para conducir y no encender el auto, avisar a otras personas, etc.

Ésta es solo una entre miles de posibilidades. Pero cierto es que el mundo nos ha hablado desde siempre, sólo que antes no podíamos leer, procesar y utilizar estos datos para nuestro beneficio en tiempo real. Como en este vídeo de IBM en donde dice: La Internet de las Cosas crea un lenguaje para escuchar el planeta.

https://youtube.com/watch?v=sfEbMV295Kk

Ahora, ¿qué hacer con esta cantidad de datos? Apenas estamos comenzando a descubrir el potencial del IoT y lo que va a representar en nuestro futuro. Y si recordamos la Ley de Moore vamos a contar cada vez con más dispositivos más potentes, más rápidos y con mejor rendimiento. Para manejar esta información entra lo que llamamos Big Data: grandes conjuntos de datos que por sí solos no tienen valor, si no que dependen del uso que se les de. Por esto la IoT no se trata realmente de los objetos si no las personas, que son quienes tienen el control para manejarlos de forma responsable. Hay que reflexionar en manos de quién está quedando ésta información, a quién/es le estamos entregando el poder de controlar las ciudades: una reflexión similar hace Bruce Sterling sobre las Smart Cities porque el tema de la privacidad y seguridad es preocupante en un mundo conectado y al mismo tiempo vulnerable.

Igualmente podemos preguntarnos, ¿estamos actuando reactiva o preventivamente? ¿Será que es más importante identificar qué zonas hay libres de parking de automóviles, o apuntar a ciudades sin autos? ¿Obedece a impulsos de consumo o a mejorar realmente las ciudades?

Pero dejando el pesimismo a un lado tomemos en cuenta que estamos también en medio de una era colaborativa. Después de todo, Smart sigue siendo un término comercial, depende de nosotros que los objetos sean «inteligentes» o no. Actualmente varias empresas están trabajando con comunidades para que se involucre y no sólo juegue un papel de consumidor. Los FabLabs por ejemplo, han sido pioneros en eventos de fabricación digital y formación a la que asisten miles de personas con el sueño de cambiar el mundo. La educación es importante pues abre una cantidad de posibilidades para niños y jóvenes que están aprendiendo a programar, talento que no ha pasado desapercibido para empresas como Google que organiza eventos como el Google Science Fair en donde podemos ver muchos proyectos interesantes y los genios del mañana trabajando por un mundo mejor, esperemos que estos ideales prevalezcan durante esta segunda revolución industrial.